domingo, febrero 17, 2008

Cultura del despropósito

Lo intento, de verdad, pero llego a comprender cómo logramos tener gobernantes tan inútiles como los que históricamente nos han mostrado su proverbial ineptitud. Si pensáramos que son un reflejo de nuestra sociedad, vamos apañados...

EDF, una de las mayores energéticas de Europa, propiedad en su mayor parte del gobierno francés, quiere salir de rebajas y a expandir horizontes. Para ello, se ha fijado en Iberdrola. Una empresa con capital público aprovecha las reglas de un mercado confusas y poco igualitarias en cuanto a oportunidades para hacerse con otra totalmente privada. ¿Es reprochable? Con tal enunciado, básicamente, no. Lo que me resulta reprochable es que sea una empresa pública extranjera la que tiene intención de adquirir una de las principales empresas energéticas españolas, es decir, que quiere entrar en un sector estratégico de cualquier Estado.

Este resultado, de seguro inconveniente para los intereses de nuestro país, es fruto del ansia privatizadora de las empresas públicas españolas durante los primeros años del gobierno popular. Pese a que las intenciones no dudo de que fueran buenas, para dar ejemplo de no intervención del Estado, de fomento de la competencia y de otras chorradas liberales, la verdad es que al final, el Ejecutivo y Legislativo pecaron de pardillos. El Plan Estratégico de Privatizaciones consiguió que dejáramos en manos de los vaivenes del mercado sectores estratégicos de nuestra economía, mientras el resto de países "más avanzados" conservaban el control sobre las empresas de tales sectores a cualquier precio. Además, curiosamente, la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) se deshizo de las empresas que eran rentables y el Estado se quedó con las deficitarias, para seguir manteniéndolas con cargo a los Presupuestos públicos. Por tanto, si las empresas españolas quieren comprar, por ejemplo, a Societé Generéle (o como se ortografíe en francés, que no tengo ni papa), sale el inquilino del Elíseo con uñas y dientes a defender los valores de la República y lo que se le ocurra argumentar. Y eso que es una entidad privada, con una pública con no vender lo tendrían hecho. Por supuesto que espero que a los bancos españoles no se les ocurra meterse en la tremenda chapuza de la banca francesa, que es lo peor de Europa, por la cuenta que les trae.

Aquí, viene cualquier empresa extranjera, pública o privada, de rebajas y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictamina que tenemos que bajarnos los pantalones y si vemos que no estamos lo suficientemente acostumbrados a recibir, nos permite utilizar vaselina para suavizar la embestida.

Por eso, porque somos unos pardillos. En suma, sólo se respeta a quien se hace respetar. Hace mucho tiempo que hemos olvidado lo que es hacernos respetar como país, como potencia económica, lingüística, cultural, social, científica (cada vez menos en cada una). Hemos tenido y seguimos teniendo gobernantes de mierda (tal cual suena). Por desgracia me da que los seguiremos teniendo (cualquiera de los dos principales aspirantes a princeps que salga elegido en las generales de marzo). Será que nos los merecemos, por eso, por pardillos...

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