Crisis financieras para legos en la materia. Teoría. Parte II.
Mi intención no es desgranar todas las medidas adoptadas hasta la fecha para intentar devolver una confianza al sistema financiero a marchas forzadas por los distintos Estados, sino más bien, en términos generales, ponerlas de manifiesto y cuestionar la viabilidad de su consecución de objetivos.
Empezando por el Plan de Rescate de EEUU, los famosos 700.000 millones de dólares, una cantidad que serviría para crear una economía similar a la de Holanda (revista TIME, 6 de octubre) y, según otros, para acabar con el hambre en el mundo. Pues bien, supuestamente serían destinados a comprar activos tóxicos (aquellos préstamos que tienen como garantía hipotecas que valen muchísimo menos y cuyos prestatarios no pueden o quieren pagar en un elevadísimo porcentaje) o incluso intervenir, como han anunciado esta semana, en el capital de entidades financieras con dificultades.
Pues hombre, cuando menos resulta curioso que Bank of America y otros tiburones que se han puesto a comprar a otros bancos enormes con dificultades, al cabo de 2 semanas de anunciar sus pretenciosas adquisiciones, se acojan a la participación estatal en su accionariado porque andan "tocadillas". ¿Acaso esta crisis no iba de excesos, de ponerse a adquirir cosas que uno no se puede permitir? Es que a lo peor me he perdido en los razonamientos... Me da la impresión de que ha sido incentivado por los propios EEUU para evitar que quien comprara esos bancos o les inyectara capital fueran otras entidades extranjeras o más bien Fondos Soberanos, tras algunos "avisos" de sus intenciones. El de China, por ejemplo, tiene unos 120.000 millones de euros para gastar, otros tienen hasta 190.000 millones, etc...
Aparte de ciertas motivaciones poco claras, también me sorprende otra "cosilla sin importancia", como el hecho de que Henry Paulson, Secretario del Tesoro de los EEUU, impulsor de esta medida de rescate y bla, bla, bla, haya sido el Presidente de Goldman Sachs, precisamente uno de los artífices del estropicio que pretende enmendar, con sospechas por parte del fiscal general de Nueva York, al respecto. Además, para la gestión de ese macropresupuesto, se ha llevado a colegas ex-ejecutivos de Goldman Sachs. Pensaré bien y tendré fe en que será porque como deben de saber de buena mano cómo, cuándo, cuánto y a quién se la han liado, tendrán mejor información que otros para solucionar lo que se pueda, ¿no?
En Europa, tras la aprobación del plan estadounidense, pues resulta que empiezan a llamarse los Jefes de Estado y de Gobierno, según países, para ver si pueden apalabrar medidas conjuntas, que está muy malita la cosa y tal. Mientras, algún que otro país, como Irlanda, toma medidas contundentes, asegurando el 100% de los depósitos de sus 6 principales entidades financieras durante 2 años (lo que supone más o menos el triple de su PIB, pero mientras los "asegurados" no se pongan a hacer cálculos...). Y claro, los otros ven las orejas al lobo y entran en la dinámica de "maricón el último", eso sí, tras hablar mucho entre ellos y coordinadamente (lo último es ironía pura).
Lo que toca a España: pues resulta que se crea un fondo de hasta 50.000 millones de euros para posibles compras de deuda a las entidades financieras (titulizaciones de préstamos concedidos por ellas), para aportarles liquidez, así como un sistema de avales por un límite global total de hasta 100.000 millones de euros, para garantizar los préstamos entre entidades financieras, eso sí, en principio a cambio de una prima de riesgo (como las comisiones que cobran bancos y cajas por los avales). Además, en Estado se reserva el derecho de, en casos graves, participar directamente en el capital de las entidades con problemas (lógico). Incluso se ha aumentado el importe garantizado por el Fondo de Garantía de Depósitos hasta los 100.000 euros, por cliente y entidad, que me parece una medida en sí sólamente destinada a recuperar parte de la confianza en el sistema financiero, más que una medida correctora.
Lo primero me abstengo de opinar, que luego todo se sabe (a mí desde luego no se me ocurriría), pero en cuanto a la segunda medida, me resulta adecuada, ya que lima asperezas en cuanto a la desconfianza en el interbancario y, por otra, a la postre, debería de reflejarse en una relajación del Euribor, entiendo yo.
De por sí, no creo que tengan una gran repercusión, porque la liquidez entre entidades, pese a que es el objetivo que persigue el Gobierno, no va a suponer, al menos a corto plazo, un incremento en la concesión de préstamos a empresas y familias. Más que nada, por la elevada morosidad (aunque bastante mejores ratios que el resto de Europa y por supuestísimo que la de Estados Unidos) y las pésimas perspectivas de inmobiliarias y constructoras, hasta ahora motor de la economía española y que se ve que por no hacer caso de los avisos y cambiar la correa de distribución a tiempo, ésta se ha roto y de paso se ha cargado el motor entero.
Ponerse pesimistas realmente no sirve de nada, así que nos pondremos forzosamente optimistas, a ver qué pasa. Analizando situaciones pasadas, la Gran Depresión de los años 30, en la que quebraron 6.500 bancos, comenzó de similar manera, con una crisis de liquidez en el sistema bancario (precedida en 1929 por un crack bursátil que no alcanzó los niveles anteriores de cotización hasta 1954). Lo que no voy a comparar es la duración, ya que en la actual sí que se han tomado medidas más tempranas, que no rápidas ni necesariamente efectivas al 100%. Por eso estoy convencido de que no pasará lo mismo ni durará tanto. Sin embargo, en España la notaremos un poco más y durante algo más de tiempo gracias (una vez más) al querido ladrillo (y a Hacienda, como ya mencioné en el primer post).
De principio, y como consecuencias futuras, creo que a corto plazo la bolsa bajará más, puesto que en un escenario como el actual, con tanta incertidumbre, las grandes fortunas (y las más pequeñas con más motivo) se acojonan y dan órdenes de reembolso a los grandes fondos de inversión y hedge funds, que puesto que no tienen dinero líquido (es decir, sin invertir), para hacer efectivas las peticiones de sus partícipes tienen que vender activos y con el volumen que manejan, hacen caer a los mercados. A su vez, con las caídas (generalmente a finales de trimestres naturales, ver las cotizaciones de finales de septiembre como ejemplo), el resto de inversores también los tienen de corbata y una parte de ellos vende, agravando la situación. Sin embargo, como siempre ha sido la bolsa, ya habrá otras noticias que supongan recuperación de la confianza y que recuperen una parte (aunque no pienso dar garantía de ésto último).
La obsesión de EEUU por salvar los muebles de Wall Street no la veo sólo como una maniobra para echar un cable a los ricos, colegas, financiadores de campañas, lobbies y demás, sino como una respuesta práctica: evitar la caída de los planes de pensiones, invertidos en su gran mayoría en bolsa y que afecta a un gran número de millones de americanos (recordad que son votantes y además ahora están en campaña).
Otra consecuencia futura es que los estados, esta vez creo que sí que será reunidos y coordinados, establecerán unas normas de control del sistema financiero más rígidas y austeras, tendentes a una mejor gestión de los riesgos y a unas provisiones más acordes con el panorama internacional de la globalización, así como las dependencias sectoriales de las economías de algunos países. Los consumidores, o administrados, o ciudadanos, en fin, las personas, tenderán a ser un poco más moderados a corto plazo (a largo estoy totalmente seguro de que no). Y lo que tampoco tengo ninguna duda es de que a muuuuuy largo plazo, volverá a suceder, porque la Historia sólo sirve como afición pintoresca de los aficionados a las letras, y no como aprendizaje y aviso para evitar cometer los mismos errores (como ampliamente se ha demostrado en la situación actual y en muchas otras).
Espero ver que según van pasando los días, al menos nuestro Gobierno, va anunciando nuevos planes de actuación que supongan INCREMENTO del gasto público, pero no cualquier tipo de gasto, sino aquél que resulte productivo, que estimule la demanda y la economía, no el de tipo prestacional. Me refiero a un incremento de obra pública, a mejorar infraestructuras y servicios, a crear nuevas industrias, a incentivar la investigación, a potenciar a nuevos emprendedores, a formar para mejora en la eficiencia de los costes para empresas y particulares. Me imagino que con la política de estabilidad presupuestaria actual no casan muy bien las actuaciones descritas antes, pero no queda más remedio, cuando la demanda está estancada, la tiene que crear el propio Estado, ya que de no hacerlo, la crisis se cebará más y durante más tiempo sobre el país.
Iremos viendo en los próximos meses...