miércoles, octubre 08, 2008

Crisis financieras para legos en la materia. Teoría. Parte I.

Pdf Aquí.

Y mandó dos cajas... Pues eso, que le manda cojones.

Vamos a recapitular acerca de las circunstancias que desembocan en la situación actual y luego veremos las consecuencias actuales y las futuras, así como las soluciones o barbaridades (es que me gusta llamar a las cosas por su nombre) que proponen y en algunos casos llevan a cabo los Estados (más bien los políticos que llevan sus riendas) para paliar los efectos de las "vacas flacas".

Por orden, empezaremos por describir la situación en Estados Unidos hace un poco más de un año. Allá por marzo del año pasado (estoy confiando en la memoria), tras varios meses de fuertes subidas en los precios de la vivienda en los USA, publicaron el dato de que no sólamente se había ralentizado el mercado inmobiliario, sino que empezaban a bajar precios y ventas. Como eso sólo pasa en los Estados Unidos, que son unos ceporros, pues por aquestos lares, oídos sordos y a seguir facturando, tonto el último...

Al bajar el precio de la vivienda, los bancos estadounidenses, que habían llegado a la infamia de prestar dinero a gente sin trabajo, ingresos ni propiedades, los famosos ninjas (no income, no job or assets), para adquirir inmuebles, en la expectativa de que la propia revalorización del activo les garantizaba la deuda, se dieron cuenta de que ni les estaban pagando ni tenían intención (o posibilidades) de pagarles y empezaron a ver el panorama un poco más oscuro, tirando a negro. Que conste que un niño de 11 años de inteligencia media, ante la pregunta de "¿prestarías unos cuantos miles de euros a un badana para que se compre un piso que no te puede pagar?", contestó literalmente "¿me has visto la cara de tonto, o qué? (se ve que a los de los bancos americanos, se la vieron).

En fin, aparte de quedarse con una parte de esos préstamos, para deshacerse de una parte del riesgo, pero también para obtener más dinero (la famosa liquidez), esos bancos habían emitido titulizaciones de la deuda (básicamente bonos, cédulas y demás instrumentos financieros que compran otros bancos o fondos de inversión, planes de pensiones, etc). Con esta maravillosa consecuencia de la globalización, no sólo quedaron afectados los autores materiales del delito, sino también los cooperadores necesarios que habían comprado su basura, diga, su deuda (garantizada por AIG, que ha quebrado hace poco, adivinad por qué), gracias a la inestimable colaboración y complicidad de las agencias de calificación del riesgo, que llegaron incluso a darle MEJOR CALIFICACIÓN CREDITICIA A ESOS ACTIVOS QUE LA QUE TIENEN LA MAYORÍA DE LOS ESTADOS EUROPEOS. La pera, oiga, ya que según dichas agencias, las hipotecas que no tenían intención de pagar desde un principio sus prestatarios, eran MÁS SEGURAS que las Letras del Tesoro, por ejemplo.

Con este maremoto en marcha, las entidades financieras empezaron a mirarse de reojo, desconfiando de la exposición de las demás a activos de este tipo y a no prestarse dinero, lo cual desemboca en una crisis de liquidez en los mercados interbancarios que obliga a los principales Bancos Centrales a realizar préstamos a corto plazo a Bancos y Cajas a fin de que puedan seguir con sus actividades sin tener que llegar a declarar una suspensión de pagos.

A pesar de todas las medidas de urgencia, empiezan a sufrir considerablemente gigantes de la banca como UBS, Citigroup (antes de la crisis era el primer banco del mundo por capitalización, un poco mayor que el Santander, BBVA y Popular juntos), etc. Tras ampliaciones de capital para evitar males mayores, que suscriben varios fondos soberanos (China, Emiratos Árabes, Arabia Saudí), el sistema parece algo estabilizado. Parece...

Tras varias tormentas, galernas, huracanes y demás fenómenos atmosféricos barriendo literalmente la aparente solvencia de muchas las empresas más reputadas del mundo (AIG, Citigroup, Goldman Sachs, Lehman Brothers, Wachovia, Washington Mutual, Bearn Stearns, Fannie Mae, Freddie Mac, etc), se llega a un punto en que el Gobierno, la Reserva Federal y el Tesoro de los Estados Unidos toman la decisión de adoptar una serie de medidas descomunales en cuanto a su coste para salvar el sistema financiero. A eso iremos luego.

Vamos a centrarnos en el suelo patrio. Ése que desde hace tantos años observa el devenir de todos esos seres humanos entrañables, incapaces de mentir, engañar, aparentar y trafullear (en un informe sobre la corrupción en el mundo, por países, estamos en el puesto 28, teniendo como colegas menos corruptos a sitios tan poco mencionados en la tele como Singapur, Hong Kong, Barbados, Chile, Uruguay, Eslovenia, Estonia, que se merecen un olé cuando menos...).

Tras varios años incrementando progresivamente los precios de las viviendas más que proporcionalmente a lo que la mera demanda supondría (estoy dando por hecho que tenéis nociones de microeconomía y os estáis imaginando las gráficas de oferta, demanda y tal, así que si no es el caso, preguntad en comentarios), resulta que las inmobiliarias, promotoras y constructoras, para seguir obteniendo ese beneficio tan descomunal, como "empresones" (aquí he tenido que parar hasta que se me ha pasado el ataque de risa) que son, no han sido muy previsoras (yo soy muy mal pensado y estoy convencido de lo contrario) y resulta que cuando han tenido beneficios, los han apañado para el bolsillo de los socios, en vez de dejarlo como reservas en las sociedades. Ello supone, que para emprender nuevas promociones inmobiliarias, necesitan financiación ajena, ya que no tienen fondos para autofinanciarse (por lo del bolsillo de antes).

Estando así las cosas se juntan dos desgracias para ellos: una, que los bancos (y cajas, sobre todo cajas) no tienen liquidez por la desconfianza en los mercados de financiación debida a las chapuzas de los bancos americanos y dos, que gran parte de los que podían comprar casa la han comprado ya, otra parte está a la espera cuando ve nubarrones en el horizonte y el resto, simplemente, no puede pagar aunque quiera los precios desproporcionados que los profesionales del ladrillo creen que valen sus activos. Por tanto, la demanda al carajo, dejando a estas empresas todavía más secas de liquidez. Empiezan a echarse para atrás a la hora de la firma los compradores que tenían contratos privados al no verlo muy claro (lógico que entre tanto humo no se vea un pimiento). En las zonas turísticas de las costas todavía más acentuado.

Si no se venden los pisos que hay y las empresas "ladrilleras" no pueden seguir con su actividad, hay trabajadores que sobran, como era de esperar. Si no pueden pagar a otros profesionales y empresas, éstas a su vez tendrán similares dificultades financieras. Y de todo ello resulta que hay que recortar costes, retomando la afición nacional de despidos en cadena. Con el incremento del paro, que supone merma de ingresos para las familias, éstas todavía gastan menos, afectando a todavía más sectores. No es alarmismo, es lo que hay.

De momento las entidades financieras patrias van salvando (y confío en que lo sigan haciendo, sobre todo las grandes), gracias a que no están directamente expuestas a las hipotecas basura estadounidenses, a las provisiones anticíclicas, a la menor mora (impagos) y a que, en caso de tener que intentar recuperaciones de operaciones hipotecarias, el deudor, en España, responde no sólo con el inmueble hipotecado, sino también con todos los demás bienes, incluso los futuros (por si no se recupera todo ahora y luego tiene pasta, que nos entendamos). En Estados Unidos y otros países, sólo se responde con el inmueble objeto de la hipoteca.

¿Quién tiene la culpa de la situación en España? Varios, pero para mí que la responsabilidad en gran parte es de la propia Agencia Tributaria. Durante años ha estado haciendo la vista gorda ante operaciones inmobiliarias de lavado de dinero, fraudes y estafas, sin perseguir a sus autores, fomentando o al menos permitiendo que la bola de nieve se hiciera más grande, que los precios escalaran por una demanda incentivada por incentivos ilícitos. La verdad es que todos los ingresos derivados de la construcción han venido muy bien al Estado, Comunidades Autónomas y, sobre todo, Entidades Locales (aunque eso no justifica en absoluto la permisividad). Mientras los golfos campan a sus anchas, Hacienda se dedica a revisar las declaraciones de los asalariados, que han defraudado 10 céntimos sin saberlo por fiarse de unos datos que la propia Agencia les ha facilitado en el borrador (y en mi caso, me imagino que la estarán mirando porque todavía no me han ingresado la devolución, a ver si me dan una grata sorpresa y resulta que me he dejado de declarar 5 ó 6 millones de euros que no sabía que tenía).

Hasta aquí, someramente las causas y consecuencias actuales. En la siguiente entrega, consecuencias futuras y propuestas de los Estados para evitarlas, comentadas.

 

Os recomiendo encarecidamente la sección de la crisis Ninja (como él la define) de Leopoldo Abadía, que esta noche, por cierto, entrevistará Buenafuente en la Sexta.

Nota: ya sé que "trafullear" no viene en el diccionario de la RAE, pero se me entiende, ¿no? ;)

3 comentarios:

A las 8 de octubre de 2008, 23:25 , Anonymous Anónimo ha dicho...

Yo, desde que vi a ZP en la tele hace un par de dias, no tengo la menor preocupacion... Si es que no hay nada como tener Talante...

 
A las 9 de octubre de 2008, 18:25 , Blogger asw ha dicho...

Algunos comentarios y enlaces:
Por una parte, sobre que el problema del sistema financiero no son las hipotecas basura en sí (que supondrían como un 5% de todas las hipotecas totales, un porcentaje menor), sino el grado de apalancamiento, o sea, el dinero que se ha pedido prestado para apostar a un caballo que ha reultado perdedor. De lo que se deduce la lógica reticencia a seguir prestando, lo que se llama "descenso del nivel de confianza".
Para ver esto en detalle os recomiendo esta tertulia en Los Desayunos de TVE.
Por otra parte, para una carcajeante explicación de los préstamos subprime que se hicieron a los NINJAS esos, nada como este vídeo (si diqueláis en inglés).
Luego, y ya para acabar hablando de corruptelas varias, todo esto me recuerda a un caso relativamente reciente en que (creo que) estuvo implicado Arcelor, y sin duda el (ahora ex-) director financiero sobre una obra de arte del museo Guggenheim de Bilbao cuya valoración estaba inflada varios milloncejos en balance... no sé si os acordáis.

 
A las 10 de octubre de 2008, 16:00 , Blogger Unknown ha dicho...

Ejem: sin temor alguno a dejar entrever mis gustos, Carlos, me gustaría que hicieses mención a toda la sarta de tonterías/mentiras que el amigo y compañero Solves escupió en la campaña electoral. ¿El tonto es él o piensa que lo somos nosotros? Seguro que tú lo expresas mejor que yo, y me parece que ocuparía varias entradas de tu blog.
Por cierto, hacía tiempo que no nos brindabas una entrada así de interesante. Me gusta que vuelvas por tus fueros.

 

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