domingo, octubre 19, 2008

Crisis financieras para legos en la materia. Teoría. Parte II.

Pdf aquí.

Mi intención no es desgranar todas las medidas adoptadas hasta la fecha para intentar devolver una confianza al sistema financiero a marchas forzadas por los distintos Estados, sino más bien, en términos generales, ponerlas de manifiesto y cuestionar la viabilidad de su consecución de objetivos.

Empezando por el Plan de Rescate de EEUU, los famosos 700.000 millones de dólares, una cantidad que serviría para crear una economía similar a la de Holanda (revista TIME, 6 de octubre) y, según otros, para acabar con el hambre en el mundo. Pues bien, supuestamente serían destinados a comprar activos tóxicos (aquellos préstamos que tienen como garantía hipotecas que valen muchísimo menos y cuyos prestatarios no pueden o quieren pagar en un elevadísimo porcentaje) o incluso intervenir, como han anunciado esta semana, en el capital de entidades financieras con dificultades.

Pues hombre, cuando menos resulta curioso que Bank of America y otros tiburones que se han puesto a comprar a otros bancos enormes con dificultades, al cabo de 2 semanas de anunciar sus pretenciosas adquisiciones, se acojan a la participación estatal en su accionariado porque andan "tocadillas". ¿Acaso esta crisis no iba de excesos, de ponerse a adquirir cosas que uno no se puede permitir? Es que a lo peor me he perdido en los razonamientos... Me da la impresión de que ha sido incentivado por los propios EEUU para evitar que quien comprara esos bancos o les inyectara capital fueran otras entidades extranjeras o más bien Fondos Soberanos, tras algunos "avisos" de sus intenciones. El de China, por ejemplo, tiene unos 120.000 millones de euros para gastar, otros tienen hasta 190.000 millones, etc...

Aparte de ciertas motivaciones poco claras, también me sorprende otra "cosilla sin importancia", como el hecho de que Henry Paulson, Secretario del Tesoro de los EEUU, impulsor de esta medida de rescate y bla, bla, bla, haya sido el Presidente de Goldman Sachs, precisamente uno de los artífices del estropicio que pretende enmendar, con sospechas por parte del fiscal general de Nueva York, al respecto. Además, para la gestión de ese macropresupuesto, se ha llevado a colegas ex-ejecutivos de Goldman Sachs. Pensaré bien y tendré fe en que será porque como deben de saber de buena mano cómo, cuándo, cuánto y a quién se la han liado, tendrán mejor información que otros para solucionar lo que se pueda, ¿no?

 

En Europa, tras la aprobación del plan estadounidense, pues resulta que empiezan a llamarse los Jefes de Estado y de Gobierno, según países, para ver si pueden apalabrar medidas conjuntas, que está muy malita la cosa y tal. Mientras, algún que otro país, como Irlanda, toma medidas contundentes, asegurando el 100% de los depósitos de sus 6 principales entidades financieras durante 2 años (lo que supone más o menos el triple de su PIB, pero mientras los "asegurados" no se pongan a hacer cálculos...). Y claro, los otros ven las orejas al lobo y entran en la dinámica de "maricón el último", eso sí, tras hablar mucho entre ellos y coordinadamente (lo último es ironía pura).

Lo que toca a España: pues resulta que se crea un fondo de hasta 50.000 millones de euros para posibles compras de deuda a las entidades financieras (titulizaciones de préstamos concedidos por ellas), para aportarles liquidez, así como un sistema de avales por un límite global total de hasta 100.000 millones de euros, para garantizar los préstamos entre entidades financieras, eso sí, en principio a cambio de una prima de riesgo (como las comisiones que cobran bancos y cajas por los avales). Además, en Estado se reserva el derecho de, en casos graves, participar directamente en el capital de las entidades con problemas (lógico). Incluso se ha aumentado el importe garantizado por el Fondo de Garantía de Depósitos hasta los 100.000 euros, por cliente y entidad, que me parece una medida en sí sólamente destinada a recuperar parte de la confianza en el sistema financiero, más que una medida correctora.

Lo primero me abstengo de opinar, que luego todo se sabe (a mí desde luego no se me ocurriría), pero en cuanto a la segunda medida, me resulta adecuada, ya que lima asperezas en cuanto a la desconfianza en el interbancario y, por otra, a la postre, debería de reflejarse en una relajación del Euribor, entiendo yo.

De por sí, no creo que tengan una gran repercusión, porque la liquidez entre entidades, pese a que es el objetivo que persigue el Gobierno, no va a suponer, al menos a corto plazo, un incremento en la concesión de préstamos a empresas y familias. Más que nada, por la elevada morosidad (aunque bastante mejores ratios que el resto de Europa y por supuestísimo que la de Estados Unidos) y las pésimas perspectivas de inmobiliarias y constructoras, hasta ahora motor de la economía española y que se ve que por no hacer caso de los avisos y cambiar la correa de distribución a tiempo, ésta se ha roto y de paso se ha cargado el motor entero.

Ponerse pesimistas realmente no sirve de nada, así que nos pondremos forzosamente optimistas, a ver qué pasa. Analizando situaciones pasadas, la Gran Depresión de los años 30, en la que quebraron 6.500 bancos, comenzó de similar manera, con una crisis de liquidez en el sistema bancario (precedida en 1929 por un crack bursátil que no alcanzó los niveles anteriores de cotización hasta 1954). Lo que no voy a comparar es la duración, ya que en la actual sí que se han tomado medidas más tempranas, que no rápidas ni necesariamente efectivas al 100%. Por eso estoy convencido de que no pasará lo mismo ni durará tanto. Sin embargo, en España la notaremos un poco más y durante algo más de tiempo gracias (una vez más) al querido ladrillo (y a Hacienda, como ya mencioné en el primer post).

De principio, y como consecuencias futuras, creo que a corto plazo la bolsa bajará más, puesto que en un escenario como el actual, con tanta incertidumbre, las grandes fortunas (y las más pequeñas con más motivo) se acojonan y dan órdenes de reembolso a los grandes fondos de inversión y hedge funds, que puesto que no tienen dinero líquido (es decir, sin invertir), para hacer efectivas las peticiones de sus partícipes tienen que vender activos y con el volumen que manejan, hacen caer a los mercados. A su vez, con las caídas (generalmente a finales de trimestres naturales, ver las cotizaciones de finales de septiembre como ejemplo), el resto de inversores también los tienen de corbata y una parte de ellos vende, agravando la situación. Sin embargo, como siempre ha sido la bolsa, ya habrá otras noticias que supongan recuperación de la confianza y que recuperen una parte (aunque no pienso dar garantía de ésto último).

La obsesión de EEUU por salvar los muebles de Wall Street no la veo sólo como una maniobra para echar un cable a los ricos, colegas, financiadores de campañas, lobbies y demás, sino como una respuesta práctica: evitar la caída de los planes de pensiones, invertidos en su gran mayoría en bolsa y que afecta a un gran número de millones de americanos (recordad que son votantes y además ahora están en campaña).

Otra consecuencia futura es que los estados, esta vez creo que sí que será reunidos y coordinados, establecerán unas normas de control del sistema financiero más rígidas y austeras, tendentes a una mejor gestión de los riesgos y a unas provisiones más acordes con el panorama internacional de la globalización, así como las dependencias sectoriales de las economías de algunos países. Los consumidores, o administrados, o ciudadanos, en fin, las personas, tenderán a ser un poco más moderados a corto plazo (a largo estoy totalmente seguro de que no). Y lo que tampoco tengo ninguna duda es de que a muuuuuy largo plazo, volverá a suceder, porque la Historia sólo sirve como afición pintoresca de los aficionados a las letras, y no como aprendizaje y aviso para evitar cometer los mismos errores (como ampliamente se ha demostrado en la situación actual y en muchas otras).

Espero ver que según van pasando los días, al menos nuestro Gobierno, va anunciando nuevos planes de actuación que supongan INCREMENTO del gasto público, pero no cualquier tipo de gasto, sino aquél que resulte productivo, que estimule la demanda y la economía, no el de tipo prestacional. Me refiero a un incremento de obra pública, a mejorar infraestructuras y servicios, a crear nuevas industrias, a incentivar la investigación, a potenciar a nuevos emprendedores, a formar para mejora en la eficiencia de los costes para empresas y particulares. Me imagino que con la política de estabilidad presupuestaria actual no casan muy bien las actuaciones descritas antes, pero no queda más remedio, cuando la demanda está estancada, la tiene que crear el propio Estado, ya que de no hacerlo, la crisis se cebará más y durante más tiempo sobre el país.

Iremos viendo en los próximos meses...

sábado, octubre 11, 2008

Humor - Sencilla explicación de la crisis.

Mientras posteo la segunda parte de la teoría de Crisis financieras para legos en la materia, para ir haciendo boca os voy a dejar dos perlas en vídeo. La primera son dos humoristas británicos a los que contra todo pronóstico se les entiende muy bien, aunque está subtitulado en español. La segunda es la entrevista a Leopoldo Abadía, del otro día por Buenafuente (sólo enlazo ya que no tengo la url para incrustarla y por no rebuscar...). Los datos en el segundo caso no son exactos, pero no quita mérito a la repercusión que ha tenido el señor Abadía y a lo tremendamente simpático que ha resultado ser.

 

Entrevista a Leopoldo Abadía por Buenafuente, AQUÍ.

miércoles, octubre 08, 2008

Crisis financieras para legos en la materia. Teoría. Parte I.

Pdf Aquí.

Y mandó dos cajas... Pues eso, que le manda cojones.

Vamos a recapitular acerca de las circunstancias que desembocan en la situación actual y luego veremos las consecuencias actuales y las futuras, así como las soluciones o barbaridades (es que me gusta llamar a las cosas por su nombre) que proponen y en algunos casos llevan a cabo los Estados (más bien los políticos que llevan sus riendas) para paliar los efectos de las "vacas flacas".

Por orden, empezaremos por describir la situación en Estados Unidos hace un poco más de un año. Allá por marzo del año pasado (estoy confiando en la memoria), tras varios meses de fuertes subidas en los precios de la vivienda en los USA, publicaron el dato de que no sólamente se había ralentizado el mercado inmobiliario, sino que empezaban a bajar precios y ventas. Como eso sólo pasa en los Estados Unidos, que son unos ceporros, pues por aquestos lares, oídos sordos y a seguir facturando, tonto el último...

Al bajar el precio de la vivienda, los bancos estadounidenses, que habían llegado a la infamia de prestar dinero a gente sin trabajo, ingresos ni propiedades, los famosos ninjas (no income, no job or assets), para adquirir inmuebles, en la expectativa de que la propia revalorización del activo les garantizaba la deuda, se dieron cuenta de que ni les estaban pagando ni tenían intención (o posibilidades) de pagarles y empezaron a ver el panorama un poco más oscuro, tirando a negro. Que conste que un niño de 11 años de inteligencia media, ante la pregunta de "¿prestarías unos cuantos miles de euros a un badana para que se compre un piso que no te puede pagar?", contestó literalmente "¿me has visto la cara de tonto, o qué? (se ve que a los de los bancos americanos, se la vieron).

En fin, aparte de quedarse con una parte de esos préstamos, para deshacerse de una parte del riesgo, pero también para obtener más dinero (la famosa liquidez), esos bancos habían emitido titulizaciones de la deuda (básicamente bonos, cédulas y demás instrumentos financieros que compran otros bancos o fondos de inversión, planes de pensiones, etc). Con esta maravillosa consecuencia de la globalización, no sólo quedaron afectados los autores materiales del delito, sino también los cooperadores necesarios que habían comprado su basura, diga, su deuda (garantizada por AIG, que ha quebrado hace poco, adivinad por qué), gracias a la inestimable colaboración y complicidad de las agencias de calificación del riesgo, que llegaron incluso a darle MEJOR CALIFICACIÓN CREDITICIA A ESOS ACTIVOS QUE LA QUE TIENEN LA MAYORÍA DE LOS ESTADOS EUROPEOS. La pera, oiga, ya que según dichas agencias, las hipotecas que no tenían intención de pagar desde un principio sus prestatarios, eran MÁS SEGURAS que las Letras del Tesoro, por ejemplo.

Con este maremoto en marcha, las entidades financieras empezaron a mirarse de reojo, desconfiando de la exposición de las demás a activos de este tipo y a no prestarse dinero, lo cual desemboca en una crisis de liquidez en los mercados interbancarios que obliga a los principales Bancos Centrales a realizar préstamos a corto plazo a Bancos y Cajas a fin de que puedan seguir con sus actividades sin tener que llegar a declarar una suspensión de pagos.

A pesar de todas las medidas de urgencia, empiezan a sufrir considerablemente gigantes de la banca como UBS, Citigroup (antes de la crisis era el primer banco del mundo por capitalización, un poco mayor que el Santander, BBVA y Popular juntos), etc. Tras ampliaciones de capital para evitar males mayores, que suscriben varios fondos soberanos (China, Emiratos Árabes, Arabia Saudí), el sistema parece algo estabilizado. Parece...

Tras varias tormentas, galernas, huracanes y demás fenómenos atmosféricos barriendo literalmente la aparente solvencia de muchas las empresas más reputadas del mundo (AIG, Citigroup, Goldman Sachs, Lehman Brothers, Wachovia, Washington Mutual, Bearn Stearns, Fannie Mae, Freddie Mac, etc), se llega a un punto en que el Gobierno, la Reserva Federal y el Tesoro de los Estados Unidos toman la decisión de adoptar una serie de medidas descomunales en cuanto a su coste para salvar el sistema financiero. A eso iremos luego.

Vamos a centrarnos en el suelo patrio. Ése que desde hace tantos años observa el devenir de todos esos seres humanos entrañables, incapaces de mentir, engañar, aparentar y trafullear (en un informe sobre la corrupción en el mundo, por países, estamos en el puesto 28, teniendo como colegas menos corruptos a sitios tan poco mencionados en la tele como Singapur, Hong Kong, Barbados, Chile, Uruguay, Eslovenia, Estonia, que se merecen un olé cuando menos...).

Tras varios años incrementando progresivamente los precios de las viviendas más que proporcionalmente a lo que la mera demanda supondría (estoy dando por hecho que tenéis nociones de microeconomía y os estáis imaginando las gráficas de oferta, demanda y tal, así que si no es el caso, preguntad en comentarios), resulta que las inmobiliarias, promotoras y constructoras, para seguir obteniendo ese beneficio tan descomunal, como "empresones" (aquí he tenido que parar hasta que se me ha pasado el ataque de risa) que son, no han sido muy previsoras (yo soy muy mal pensado y estoy convencido de lo contrario) y resulta que cuando han tenido beneficios, los han apañado para el bolsillo de los socios, en vez de dejarlo como reservas en las sociedades. Ello supone, que para emprender nuevas promociones inmobiliarias, necesitan financiación ajena, ya que no tienen fondos para autofinanciarse (por lo del bolsillo de antes).

Estando así las cosas se juntan dos desgracias para ellos: una, que los bancos (y cajas, sobre todo cajas) no tienen liquidez por la desconfianza en los mercados de financiación debida a las chapuzas de los bancos americanos y dos, que gran parte de los que podían comprar casa la han comprado ya, otra parte está a la espera cuando ve nubarrones en el horizonte y el resto, simplemente, no puede pagar aunque quiera los precios desproporcionados que los profesionales del ladrillo creen que valen sus activos. Por tanto, la demanda al carajo, dejando a estas empresas todavía más secas de liquidez. Empiezan a echarse para atrás a la hora de la firma los compradores que tenían contratos privados al no verlo muy claro (lógico que entre tanto humo no se vea un pimiento). En las zonas turísticas de las costas todavía más acentuado.

Si no se venden los pisos que hay y las empresas "ladrilleras" no pueden seguir con su actividad, hay trabajadores que sobran, como era de esperar. Si no pueden pagar a otros profesionales y empresas, éstas a su vez tendrán similares dificultades financieras. Y de todo ello resulta que hay que recortar costes, retomando la afición nacional de despidos en cadena. Con el incremento del paro, que supone merma de ingresos para las familias, éstas todavía gastan menos, afectando a todavía más sectores. No es alarmismo, es lo que hay.

De momento las entidades financieras patrias van salvando (y confío en que lo sigan haciendo, sobre todo las grandes), gracias a que no están directamente expuestas a las hipotecas basura estadounidenses, a las provisiones anticíclicas, a la menor mora (impagos) y a que, en caso de tener que intentar recuperaciones de operaciones hipotecarias, el deudor, en España, responde no sólo con el inmueble hipotecado, sino también con todos los demás bienes, incluso los futuros (por si no se recupera todo ahora y luego tiene pasta, que nos entendamos). En Estados Unidos y otros países, sólo se responde con el inmueble objeto de la hipoteca.

¿Quién tiene la culpa de la situación en España? Varios, pero para mí que la responsabilidad en gran parte es de la propia Agencia Tributaria. Durante años ha estado haciendo la vista gorda ante operaciones inmobiliarias de lavado de dinero, fraudes y estafas, sin perseguir a sus autores, fomentando o al menos permitiendo que la bola de nieve se hiciera más grande, que los precios escalaran por una demanda incentivada por incentivos ilícitos. La verdad es que todos los ingresos derivados de la construcción han venido muy bien al Estado, Comunidades Autónomas y, sobre todo, Entidades Locales (aunque eso no justifica en absoluto la permisividad). Mientras los golfos campan a sus anchas, Hacienda se dedica a revisar las declaraciones de los asalariados, que han defraudado 10 céntimos sin saberlo por fiarse de unos datos que la propia Agencia les ha facilitado en el borrador (y en mi caso, me imagino que la estarán mirando porque todavía no me han ingresado la devolución, a ver si me dan una grata sorpresa y resulta que me he dejado de declarar 5 ó 6 millones de euros que no sabía que tenía).

Hasta aquí, someramente las causas y consecuencias actuales. En la siguiente entrega, consecuencias futuras y propuestas de los Estados para evitarlas, comentadas.

 

Os recomiendo encarecidamente la sección de la crisis Ninja (como él la define) de Leopoldo Abadía, que esta noche, por cierto, entrevistará Buenafuente en la Sexta.

Nota: ya sé que "trafullear" no viene en el diccionario de la RAE, pero se me entiende, ¿no? ;)

martes, octubre 07, 2008

Y mañana...

Sobre sistema financiero, subprime, crisis y demás películas de terror...